EL HOMBRE MODERNO

"Pareciera que siente que el tiempo de pasarlo bien, de placer, de crecer y aprender, es la niñez y la juventud y al llegar a la madurez abdica de la vida misma. Se mueve mucho y hace ademanes de hacer muchas cosas, pero la expresión de su cara indica su falta de interés real en lo que está haciendo. Por lo general, tiene cara de póquer, aburrido, distrído o irritado. Pareciera que ha perdido toda espontaneidad, toda su capacidad de sentir y expresar en forma directa y creativa. Es muy hábil para hablar de sus males y muy malo para encararlos. Ha reducido la vida a una serie de ejercicios verbales e intelectuales: se ahoga en un mar de palabras. Ha sustituido el proceso de vivir por explicaciones psiquiátricas y seudopsiquiátricas de la vida. Pasa largas horas tratando de recordar el pasado o moldeando el futuro. Sus actividades del momento presente no son más que tareas que hay que cumplir. A veces, ni siquiera se da cuenta de sus acciones en el momento." (Perls, el enfoque gestaltico)

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